La mayoría de las veces, uno planifica un madrugón en función de lo que prometen para el día siguiente, las páginas web sobre climatología. Casi todas vaticinan lo mismo con ligeros matices, pero la realidad se vuelve distinta una vez in situ.
Una salida fotográfica al amanecer es una aventura incierta pero que normalmente depara sorpresas gratificantes. No hay un amanecer igual, una nube igual, un mar igual ni una luz o unos colores iguales.
En esta ocasión elegí el mal nombrado «Cabo de las Huertas» o «Cabo Huertas», que es en realidad el «Cabo de la Huerta» en referencia a la Huerta de la ciudad de Alicante. Ya en la antigüedad se conocía como «L’Alcodre» y es un cabo en la costa levantina española bañado por el mar Mediterráneo.
Las calas y playas del Cabo de la Huerta destacan por combinar roca y arena y en especial, por su muy reducido y acogedor tamaño. En muchos casos de difícil acceso.
Con esta serie de seis fotografías os muestro la variedad de matices y de paisajes que existen en este bello rincón Alicantino.
Fotografías: José Pérez Ramírez “Giovas”